El treinta y uno de octubre del año setenta y ocho el equipo de Munster venció en Limerick a Nueva Zelanda por doce a cero, hay un gran libro que cuenta la gesta “Stand Up and Fight” –“Levántate y Lucha”, pocas palabras pueden definir mejor el espíritu del rugby, caer, levantarse y continuar luchando, una filosofía de vida, un modo de comportarse, alejarse del conformismo, de la queja, de la falta de ambición, porque el que no sabe alzarse vivirá siempre arrastrándose–, de Alan English –curioso que el escritor se llame English y cuente una gesta irlandesa–. En la tierra verde se han escrito miles de páginas sobre esta gesta. El actor Richard Harris, nacido en Limerick dijo; “Los héroes del rugby de Limerick son mis héroes. Gladiadores, guerreros de mandíbula apretada que nos representan en el campo de batalla”. Harris no escuchó a los médicos y rompió la abstinencia que le habían recomendado para celebrar la victoria. Seamus Dennison, un centro de Munster de ciento setenta y tres centímetros y setenta kilos realizó un placaje brutal a Stu Wilson, un ala neocelandés de ciento ochenta y tres centímetros y ochenta y siete kilos. El árbitro, Thomas, dijo; “El mejor placaje que vi en diecisiete años como árbitro. Stu llegó a cien por hora, y fue como si se hubiera estrellado contra un muro y se hubiera deslizado hasta el suelo. No fue para atrás, se derrumbó en un montón inerme. Miré a los jugadores de Munster. Pensé: estos tíos son más altos que cuando saltaron al campo hace cinco minutos. No me lo invento, los jugadores de Munster crecieron dos cuartas cada uno.” Moss Finn, ala de Munster habló del placado; “A Wilson se le veía el cabreo en los ojos. Era “cómo se atreve el cabroncete éste a placarme, un tío con mi clase””. Para resumir el partido nos podemos quedar con las palabras de Ark Donaldson, medio melé de los All Black. “Teníamos mucha posesión, demasiada: no hacíamos nada con ella. No paraban de sentarnos de culo. Era una defensa de quince, impermeable. Tenía a un tipo calvo con barba, Dennison, jugando de centro, y no hacía más que crujirnos. No abultaba mucho, pero, ¡cómo placaba! ¡Y qué daño! Encendió un fuego en el campo: así se escriben las leyendas.” Para la gente de Nueva Zelanda fue un partido más, una derrota para los que no están acostumbrados a perder, nada más. La historia no tiene la misma importancia para los dos bandos de la contienda, eso no es bueno ni malo, es así. Los recuerdos son una pequeña huella de nuestro paso por este mundo.
De la novela "Placaje Alto".
Os dejo un reportaje de este momento histórico. Para mi es un palo verlo en internet, así que os recomiendo este programa, Atube Catcher, bajas el vídeo de You Tube y lo ves tranquilamente en tu TV.
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